Lamentablemente y con demasiada frecuencia encontramos al pasear por la ciudad pintadas realizadas sobre murales, fachadas, sin el más mínimo respeto por la propiedad pública ni privada y sin la menor sensibilidad cuando además se realizan sobre monumentos y edificios históricos.

Tal vez pase desapercibido para el lector incluso para el delincuente urbano que estas pintadas si son peritadas por un perito calígrafo pueden arrojar luz sobre su autor.

Existe una especialidad dentro de la PERICIA CALIGRÁFICA que la doctrina en la materia ha venido a denominar como BÚSQUEDA DE ANÓNIMO, esta disciplina puede permitir averiguar quien es el autor de una escritura manuscrita en cualquier soporte. No debemos olvidar que la escritura de una persona es un acto totalmente espontáneo y personal, brota del cerebro y se plasma con la mano por ello que sea realizado en un papel en blanco o en una pared, incluso en un cristal, tomando las debidas precauciones no debe alterarse en lo esencial. Pues bien si tenemos la escritura indubitada de una lista de sospechosos como autores de un acto de vandalismo analizando sus rasgos escriturales y cada uno de los caracteres presentes puede llegar a verificar al autor.

Si tomamos como referencia la imagen que hemos tomado como cabecera (ciertamente una imagen amable que no es lo más frecuente de encontrar) al perito forense le llamará la atención el cierre de los óvalos realizado en la parte superior central, la proyección superior de la letra E mayúscula, el final corto de la letra S, el doble rasgo encubierto de la letra D, y así infinidad de rasgos y características personales que el escribiente no puede disimular o, para el caso de que lo intente se delatarán en la parte inconsciente de la escritura.

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